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28 de Julio, un día que pasará a la historia de Venezuela.

La euforia y la emoción, la angustia y la desesperación, la nostalgia y la impotencia son los sentimientos con los que se puede describir lo que están pasando muchos venezolanos en el mundo durante estos últimos días.


Para ser más exactos, están a pocas horas de un momento histórico en Venezuela: una elección después de 10 años en dónde los venezolanos no lograban acudir de manera masiva a las urnas y al poder del voto. Ya sea por cuestiones de descontento electoral y poca creencia en el sistema, así como por el descontento con sus líderes de oposición, que no lograron aprovechar las oportunidades y quedaron debilitados ante una dictadura que ha violentado todos los derechos, a costa de permanecer en el poder.


8 millones de venezolanos han emigrado de su país de origen debido a la dictadura, cada uno con los motivos que su situación les presentaba, pero seguramente con las ganas de vivir en libertad. Este año, luego de muchos, la esperanza renació en la única herramienta perdida, en la única herramienta creíble y en la única herramienta que puede poner fin a un periodo de 25 años de la peor historia que le ha sucedido al país: el voto. Esto, acompañado de una líder mujer inquebrantable e indetenible, que ha dejado de lado sus intereses personales por los de un país entero. Ella ha demostrado ser una oposición rígida, superando cada obstáculo impuesto por el régimen, incluso el no poder presentarse ella misma como candidata, dando paso al único candidato que la dictadura permitió habilitar.


Para su sorpresa, su fuerza y liderazgo apoyan al mismo.


El pueblo venezolano está a horas de enfrentar a un régimen a través del voto, un voto que no va a contar con una abstención muy grande como en el pasado, pues hay una decisión que mueve a todo un país, dentro y fuera de sus fronteras: acabar para siempre con un periodo cargado de tristeza y de dolor, de sufrimiento y decadencia.

Hay una población llena de impotencia, una población a la cual se les negó su derecho a votar: los migrantes.


Alrededor de 5 millones de venezolanos migrantes están habilitados para votar, pero se les ha negado un derecho fundamental, el derecho a expresarse, siendo tan solo unos 70.000 venezolanos en el mundo quienes podrán ejercer dicho derecho.


¿El día después? El 29 de julio es una fecha incierta, con muchos sentimientos, tantos como venezolanos que, al haberles negado el derecho, están regresando a su país para poder votar. Varios vuelos han llegado en las últimas semanas al país con la intención de ejercer su derecho, pero a su vez sin saber el futuro del 29 de julio. A pocas horas del evento, la incertidumbre crece, pero también la presión internacional. Muchos presidentes pertenecientes al grupo de izquierda de Latinoamérica se han tenido que pronunciar en oposición al reconocimiento sobre una posible derrota aplastante, que debe ser respetada.

Lula (Brasil), Boric (Chile) y ex presidentes como Alberto Fernández (a quien se le negó el ingreso al país como veedor internacional del proceso) han emitido comunicados donde se evidencia que la comunidad internacional está abandonando a un régimen. No obstante, la presión de estados que no comparten ideales como Uruguay, Argentina, Paraguay, Panamá, Bolivia, Estados Unidos, Canadá y la Unión Europea han manifestado su apoyo al proceso y la presión al reconocimiento de la posible victoria de la oposición.


El efecto internacional de los observadores en las últimas horas ha sido clave para el aumento de la presión internacional. Observadores neutrales como el grupo Idea (conformado por expresidentes) y observadores internacionales invitados, como parlamentarios de diferentes países (Colombia, España y la Unión Europea son algunos ejemplos) han viajado al país para ser observadores y no les han dejado pasar, los han expulsado. Esto ha dejado en claro la poca capacidad del régimen de reconocer la derrota que se estaba dando dentro y fuera de sus fronteras.


La presión a nivel nacional:


Por primera vez luego de muchos años, la euforia de los venezolanos de ir a votar ha crecido, pero con ello sus energéticas ganas de hacer valer sus votos y respetarlos. Aunque se conoce que durante los últimos comicios existe el fraude electoral dado por un voto electrónico manipulable, hoy en día puede ser la herramienta que les juegue en contra al propio régimen instalador de este sistema, ante una masiva participación de ciudadanos y un mecanismo de defensa de voto implementado por la oposición, parece dar indicios de lo que será un día electoral histórico y problemático.


El gobierno cuenta con la capacidad para dejar sin electricidad a los principales centros electorales y crear distorsión. Durante las últimas horas ha aumentado la intimidación y el miedo en las madrugadas contra los ciudadanos para que no acudan a votar, persecuciones en aumento y masivos intentos de secuestro se viven en estas últimas y cruciales horas.


Venezuela enfrentará al régimen en lo que parece ser su última oportunidad, donde podrá sacar y poner fin a años de dictadura o consolidar la misma por muchos años más. El votar masivamente complica cualquier intento de fraude, pero no es para menos considerar que ya lo ha hecho en anteriores oportunidades.


Hoy, las lágrimas y la impotencia juegan en contra, los millones sin derecho al voto por haberles negado un derecho fundamental por estar en el exterior y haber migrado a un futuro mejor. Los venezolanos que no podrán votar por estar presos o secuestrados por la misma dictadura y aquellos que nunca lograron ver la oportunidad. El pueblo venezolano solo tendrá 8 horas corridas para enfrentar todos los obstáculos este 28 de julio y poner fin con su voto a una época gris... escribiendo una nueva historia.


Como emigrante venezolano hoy quien escribe esta artículo y a uno de los tantos millones que me arrebataron mi derecho a expresarse solo por estar en el exterior, aun así, yo voto y aunque no lo haga en ejercicio lo hago espiritualmente. Voto por todos aquellos amigos, compañeros y conocidos que perdí, con aquellos que cayeron a mi lado en cada protesta y por aquellos que salimos un día a defender los ideales de la libertad y la democracia, por aquellos que hoy tampoco están y tampoco lograron verla libre. Por ellos yo voto. ¡Viva la Libertad!  


Jesus Carrero 

Estudiante. Relaciones Internacionales 

Montevideo  27-07-2024




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